miércoles, 28 de septiembre de 2011

Viajes

Los ritmos de la naturaleza comienzan a hacer de las suyas, mientras el corazón latente de todos los admiradores de una estrella la observan tintinear en pos de un levantamiento de vibras ligeras y de paz, que he escuchado decir que lucha no implica en todos los casos violencia y lo creo.
Escuchen los cantos del mar engalanar a la luna en rayos de plata nacida, o a los marineros zarpar de puerto en barcos inmensos, superpongan todos los sonidos y no escucharan ni su propia alma gritar de euforia por el deseo de baile. Pasamos hasta brazil en su carnaval, con mujeres bellas, ahora hasta donde llegaremos. ¡Pero que viaje! y no necesitamos drogas, únicamente con la magia de la música, esta que no nos deja dormir, diablos, hemos llegado al futuro para descender de la nave, mientras nos acoplamos a la luz vemos disminuir el ritmo y estamos de vuelta en la tierra... Creo que tengo problemas

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