El Manifiesto del Filósofo Errante
Soy hijo del pensamiento, hijo del movimiento; soy un soñador de utopías, un añorador de la inmortalidad, de pensar activo, idealista, sujeto a lo irreal, en cambio constante para nunca ser el mismo, un alma que cree en la importancia de la creatividad: me hago llamar Filósofo Errante, y no soy el único, pero, ¿qué signinfica este nombre?
¡Detente! Para un segundo, sólo uno, y dedícalo al pensamiento: ¿a dónde irás? ¿qué harás? y ¿cómo buscarás la trascendencia?; porque este es el objetivo supremo de todo errante, cómo lograrla es el camino único que cada uno toma. Ya el segundo transcurrido y esto pensado, no te detengas más. Recorre los caminos mentales, laberintos enmarañados, y fisicos de las ciudades. ¡Muevete! Crea, piensa, planea, todo sobre la marcha; la fatiga no existe, pues frito estoy, sin una pizca de cordura, aprendiendo a cada paso, una enseñanza en los detalles. Debraya, expresa, discute, busca el pensamiento, no lo esperes, no te detengas.
¡Libera tu mente! Piensa el porque de la situación, cuestiónate. No sabes nada, sin embargo, debes buscar el saber. Recurda: pienso, me muevo, luego existo; si me detengo, o si dejo de pensar, también dejo de existir.
El café es mi droga, mi suero de vida, mi nectar; gasolina para mi cuerpo acelerado. El café corre por mis venas, la cafeina inunda mi mente, y yo me muevo cada mañana en peregrinación por él; en el camino pienso, debrayo, discuto, y, lo más importante, me expreso. Me tachan de loco por mis peregrinaciones, porque no notan que el café no es el fin, sino un medio, y no es el final del camino lo que importa, sino el trayecto, extrapolándolo a mi vida, la conversacion que surge, una critica a todo, una completa ira por cambiar de sitio; platicas anarcas, platicas de inteligencia, comunicando escritos y distintas formas de expresion.
Todo es relativo y nada es absoluto; en esta incertidumbre me alzo sobre los demás como un ave de fuego, inmortal, trascendente, nunca estático, siempre debrayante. Busco el saber, trascender sobre lo mortal, ya sea con una bufanda o con las huellas dejadas. Soy un Filósofo Errante, en cada vicio tengo una virtud, pertenezco a todo y, a la vez, a nada.
Octavio Pérez Sánchez (acefspades)
Diego Olivera Machorro (skw)